HomeCámara de Senadores“Noroña miente, la ONU tiene razón”: madres buscadoras enfrentan al Senado"

“Noroña miente, la ONU tiene razón”: madres buscadoras enfrentan al Senado"

Una tarde cualquiera en el Senado, mientras los reflectores apuntaban hacia Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva, en
Redacción
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Una tarde cualquiera en el Senado, mientras los reflectores apuntaban hacia Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva, en otro rincón —sin luces, sin discursos grandilocuentes— las voces que verdaderamente importan tomaron el micrófono: las de las madres buscadoras.

Ahí estaban, con el dolor en el pecho y la verdad en la voz. Mujeres que no necesitan pruebas para saber que en México sí hay desaparición forzada, porque lo viven todos los días, porque sus hijos no están y porque han visto cómo los uniformes oficiales entran a sus casas a robarles la vida entera.

“Sí hay desaparición forzada —dijo Adriana Gómez, fundadora del colectivo Madres en Resistencia— porque quien interviene es el gobierno. Tenemos casos. En Chiapas hay más de 2,200 desaparecidos. Él está mal. La ONU tiene razón. Y nosotras vamos a buscar a la ONU, porque ellos sí nos escuchan”.

Mientras Noroña descalificaba los señalamientos del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, estas mujeres sostenían sus carteles, sus fotografías, sus ausencias. No hablaban en cifras frías. Hablaban con el cuerpo, con la garganta desgarrada, con la memoria viva.

Irinea Buendía, otra de las madres, fue contundente: “Lo que dice la ONU es verdad. Las desapariciones forzadas existen. Aquí hay testimonios. Sujetos armados, uniformados, se llevan a nuestros hijos. ¿Cómo puede decir que eso no pasa? Nosotras lo vivimos”.

Y sí, Noroña lo sabía. Se reunió con ellas en San Cristóbal de las Casas, les prometió ayuda, les dijo que las creía. ¿Y luego? Desapareció. Como tantos otros.

Isabel Torres recordó ese encuentro. También recordó que su hija fue desaparecida por la Fiscalía hace más de dos años. “Desde esa vez no lo volvimos a ver. Dice que no hay desaparición forzada. Miente”.

Liliana Pérez Gutiérrez tampoco se quedó callada. “El 28 de febrero del 2024, a las cuatro de la mañana, llegaron a mi casa. Ropa militar, chalecos de Fiscalía, botas, cascos, cámaras. Se llevaron a mis hijos: Luis Manuel, de 19, activo en el Ejército, y Valentín, de 16. No han vuelto. ¿Cómo que no existe la desaparición forzada?”

Acompañadas por el senador Ricardo Anaya, las buscadoras alzaron la voz ante una verdad que el poder político prefiere ignorar: que en este país, los desaparecidos no solo existen, sino que se multiplican. Y que a quienes los buscan, se les responde con silencio, con desprecio o con mentiras desde la tribuna.

“No somos cifras. Somos madres. Y Noroña es un mentiroso.”

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