Por Arturo Ortíz, CEO de CIPI Group, empresa de seguridad integral
La cifra oculta de crímenes, la autocensura al denunciar es la crónica de un país que no habla porque ya lo ha dicho todo
En México, el silencio tiene forma de número: 93.2 %. No es un error de redondeo, ni una omisión técnica. Es el porcentaje de delitos que se hunden en la cifra oculta, ese pantano estadístico donde la justicia no llega, porque ni siquiera parte.
En 2024, según el INEGI, 29 de cada 100 hogares albergan una herida. No es una metáfora, es una víctima. Una madre extorsionada, un joven asaltado en el camión, un abuelo defraudado por teléfono… Son 23.1 millones de personas mayores de edad que fueron víctimas. La tasa de prevalencia delictiva es de 24,135 por cada 100,000 habitantes. Estas cifras representan una epidemia sin vacuna, sin registro, sin duelo público.
¿Y qué pasa después? Nada. Porque 33.5 millones de delitos ocurrieron, pero 93.2 % no fueron denunciados. No hay carpeta. No hay caso. No hay historia oficial. Solo lo que no se dijo.
Entonces, ¿cómo podemos visibilizar la monstruosidad? Por supuesto la denuncia es el primer paso para eliminar la impunidad. “Lo que no se cuenta no se ve”. Pero existen muchas acciones para que un crimen no pase inadvertido.
Fraude, robo, extorsión → tres bestias que recorren el transporte público.
Escribir microhistorias que encarnen las cifras. Ejemplo: “Soy el 0.8 % que denunció. Me llamo Teresa. Me dijeron que no valía la pena abrir la carpeta. Que no había pruebas. Que mejor me cuidara.”
Más información: www.grupocipi.met y 561 181 78 75
Copyright 2025 | Contraluz Legislativa