
En ese contexto, el Papa León XIV dirigió un llamado especial a las familias cristianas, a quienes exhortó a no dejarse seducir por los espejismos de los “Herodes” modernos y a fortalecer los valores esenciales de la vida cotidiana.
“Protejamos los valores del Evangelio: la oración, la frecuencia a los sacramentos, los afectos sanos, el diálogo sincero, la fidelidad y los gestos buenos de cada día”, alentó.
Finalmente, impartió una bendición especial para las familias de todo el mundo, invitándolas a ser un signo de cuidado y cercanía en medio de sociedades marcadas por tensiones y crisis.
“Que, siguiendo el modelo de la familia de su Hijo hecho hombre, sean para todos un signo eficaz de su presencia y de su amor sin fin”, concluyó.
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