Injured girl after car accident in the streetJorge Manrique, Rector del Colegio Jurista, establece una guía clara, legal y humana para un momento crítico.
Un accidente de tránsito es una interrupción abrupta de la vida cotidiana. Nadie está preparado emocionalmente, pero sí podemos estar preparados legal y éticamente. Aquí tienes un marco que combina lo práctico, lo legal y lo humano.
Primero: detente, respira, evalúa
Mantén la calma. Parece obvio, pero es el paso que determina todo lo demás. Verifica tu estado y el de tus acompañantes. Si puedes hacerlo sin ponerte en riesgo, revisa a las otras personas involucradas.
Llama al 911. Reporta el accidente con claridad: ubicación, número de vehículos, si hay heridos, riesgos inmediatos.
No muevas los vehículos salvo que exista un peligro real (incendio, riesgo de otro choque).
Señaliza la zona. Enciende intermitentes. Coloca triángulos a unos 20 metros del vehículo para evitar otro accidente.
Documenta todo. Toma fotos y videos: posición de los autos, daños, placas, señales viales, entorno. Recaba datos de testigos si los hay.
Llama a tu aseguradora. Hazlo de inmediato. El ajustador te guiará y levantará el reporte correspondiente. Ten a la mano: licencia, tarjeta de circulación, póliza.
Si hay lesionados o fallecidos no muevas a las personas salvo riesgo inminente. Llama a servicios médicos. En estos casos, la autoridad debe intervenir y levantar un reporte formal.
Levanta el reporte o denuncia. Es un paso legal indispensable para cualquier reclamación posterior. Hazlo ante la autoridad competente dentro del plazo establecido.
Considera asesoría legal. Si hay lesiones graves, desacuerdos o daños importantes, un abogado especializado puede proteger tus derechos y orientarte en el proceso.
Un accidente no es solo un trámite: es un momento de vulnerabilidad. Conviene considerar:
La ética del cuidado en la vía pública.
Acompañar, no agravar.
Nombrar, no culpar.
Actuar con responsabilidad, incluso en el caos.
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